La sudoración excesiva es un problema que, por criterios hormonales o de crecimiento, puede aparecer en cualquier momento de nuestra vida. Sin embargo, hay un fenómeno específico que ya llega ser patológico: la hiperhidrosis.
Este trastorno afecta al 3% de la población mundial, alrededor de 240 millones de personas. Es un inconveniente que, como se puede deducir, ocasiona malestar psicológico y emocional.
Resulta importante aclarar que no es lo mismo hiperhidrosis y bromhidrosis, que es el mal olor corporal, especialmente durante la adolescencia. Ciertamente la bromhidrosis puede pronunciarse por la hiperhidrosis, pero son 2 fenómenos separados y ocasionados por motivos distintos.
Sudoración excesiva Vs enfermedad
Hay que aclarar una cosa: tener una sudoración molesta, especialmente en momentos de calor o de ejercicio, es absolutamente normal. Cada persona tiene un sistema corporal diferente y, simplemente, unos sudan más que otros.
Cuando se habla de una enfermedad como hiperhidrosis nos referimos a una condición patológica, que provoca consecuencias graves en el desarrollo vital de quien lo padece. Si una persona, por un mínimo calentamiento ambiental o una mínima ejercitación, ya está totalmente sudada, puede necesitar asistencia profesional.
¿Cuándo acudir al médico?
Lo primero que debemos hacer es saber si el problema amerita ir a uno. Algunas de las señales son claras:
- Si la excesiva sudoración provoca deshidratación permanente y anormal en relación a nuestro ejercicio diario
- Si la persona siente que su vida diaria se ha visto perjudicada a raíz de la excesiva sudoración
- Si el mal olor corporal es excesivo y constante
Es importante tener en cuenta que muchas veces podemos confundir la hiperhidrosis con otras enfermedades. Los aspectos que debemos considerar para saber si realmente tenemos hiperhidrosis son los siguientes:
- Si la excesiva sudoración empezó recientemente
- Si la sudoración aparece únicamente en horario nocturno
- Si la sudoración viene acompañada de pérdida de peso u otros síntomas
En cualquier caso, lo prudente siempre será descartar otras patologías antes de concluir que hay hiperhidrosis, de modo que conviene citarse siempre con un médico general que con un dermatólogo.
Sudoración axilar
La hiperhidrosis axilar es una de las más comunes de las que ocasiona más consecuencias psicológicas a la persona que la padece. A su vez, es una de las formas de hiperhidrosis que más fácilmente tiene solución y que rara vez demanda intervenciones invasivas.
Es importante saber que alrededor del 70% de los casos de hiperhidrosis son axilares y, a la vez, la mayoría de las personas con esta condición se preocupan en buscar apoyo precisamente porque en esta área las consecuencias, tanto físicas como psicológicas, son mayores.
Sudoración plantar
La hiperhidrosis plantar (en los pies) es, de todas, las que probablemente suponga más peligros reales para el paciente. ¿Por qué? Porque los pies son un área delicada del cuerpo que, además, rara vez nos molestamos en observar y cuidar. Asimismo, están recibiendo nuestro peso corporal todo el tiempo.
La hiperhidrosis plantar contribuye a la proliferación de bacterias que, en caso de golpes o de heridas en los pies, ayudarán a que el tejido se infecte.
Sudoración palmar
Muchos pacientes se dan cuenta de que algo anda mal por la sudoración palmar (en las manos), la más molesta de todas. No es normal, y resulta además excesivamente incómodo, tener las manos permanentemente sudadas. Especialmente es difícil para personas que, por ejemplo, trabajan haciendo manualidades.
Los pacientes que padecen sudoración plantar normalmente sienten incomodidad y vergüenza, por lo que acaban usando guantes para poder hacer actividades normales, como mantener sujetado un instrumento o manejar un auto.
Soluciones
Afortunadamente la medicina moderna ha encontrado soluciones para este problema. Aun se están desarrollando más métodos, que de momento se encuentran en fases experimentales, pero se puede describir los que se han mostrado eficientes por ahora:
- La terapia de Neurotixina es útil para la hiperhidrosis axilar. Debe hacerse una aplicación de por lo menos una vez al año.
- Algunos tratamientos sistémicos, como los anticolinérgicos, han mostrado eficacia porque actúan sobre efectos de las glándulas sudoríparas, reduciendo su producción de sudor
- En casos muy grandes o severos se recomienda tratamiento quirúrgico.
Solo en algunos casos se necesita de esto último, y la gran mayoría de los pacientes responden correctamente a los tratamientos que les recomendamos.
¡No te preocupes! Todo tiene solución.